Con 8 sesiones de entrenamiento en 2 meses, pude intercalar 5km corriendo y 5km andando rápido, y completarla en 1 hora 27 minutos, después de haber pasado 2 embarazos en 5 años, un confinamiento por pandemia y contar con una forma física venida a menos.
Acabar la carrera no es algo especial. El 90% de las corredoras la acabaron antes que yo.
Pero sí es especial para mí, porque no me comparo con nadie, sino con mi propio progreso. Me comparo con cómo estaba hace 2 meses y lo que conseguí ese domingo. En primer lugar, ese día conseguí más que toda la gente que no hizo la carrera, y en segundo lugar, no acabé en último lugar como pensaba ;).
Mi propia evolución hacia esta meta ha sido una línea ascendente aunque irregular, y me hace sentir… BIEN! :D. Al conseguirlo, sentí una mezcla de incredulidad, satisfacción, orgullo y auto-admiración. Y los siguientes 2 días también sentí que me dolía todo el cuerpo! 🙈 A partir de ahora, si vuelvo a correr, serán 5km.
Si echo la vista atrás y recuerdo que en mi primera sesión de entrenamiento sólo pude correr 2 minutos de reloj y andar 40 minutos, el contraste que genera esto con el hecho de haber acabado la carrera de 10km en 1h 27’, hace que piense más intensamente en no hacerme caso la próxima vez que mi cerebro solo roce la idea de que no puedo conseguir algo.