Tu “Para qué” es una de las cosas más importantes. Es la razón por la que quieres comerte ese plato de comida (por ejemplo, para alimentarte y estar saludable, para dar potencia a tu cuerpo/mente y sentirte bien). Es la razón o razones por las que quieres conseguir tu objetivo. Y es la energía que mantendrá tu motor en marcha cuando te desanimes y pierdas el rumbo. Que sí o sí, te pasará, sobre todo si tu objetivo es a medio-largo plazo.
Vas a bajar el ritmo. ¡Vas a fallar!.
Pero no pasa nada, le pasa a todo el mundo. Deja atrás esos días malos o de incumplimiento de tu plan, y retoma tus hábitos diarios o semanales. La cuestión es ir compensando. No somos lineales, somos más bien una montaña rusa.
Por tanto, como vas a fallar, tu “Para qué quieres conseguir ese objetivo”, tiene que estar muy claro y ser muy sincero, si quieres que funcione.
Ojo, porque nuestra mente tiende a autoengañarnos y autosabotearnos. Asegúrate de que no te mientes a ti mism@ al establecer tu “para qué”, que nos conocemos ;).
Por ejemplo ¿Para qué quiero adelgazar 10kg en 1 año?: para tener salud, para que no me duelan las plantas de los pies, ni las rodillas. ¿¿¿Seguro, Esther??? Síííí, seguuuroooo ;).