Además, en mi opinión se junta que a la sociedad le gusta que todos seamos ganadores, personas de éxito, personas especiales. Esto tiene como una pátina de brillo en el exterior. Pero si rascas, debajo todos tenemos nuestros éxitos y nuestros fracasos, aunque escondamos o disfracemos nuestros fracasos para encajar mejor con la sociedad, o para vender más, o para tener más clientes.
Es una cuestión de libertad, respeto hacia un@ mism@ y de humildad. De poder elegir si quieres seguir o quieres parar, a pesar de lo que digan los demás o los estándares del momento. De permitirte fallar, de reconocer errores, de perdonarte, de aceptarte, de hacer autocrítica, de mirar más allá de tu ombligo, y de reconocer que yo soy bueno, pero también hay más gente buena e incluso mejor que yo en eso concreto, y NO PASA NADA.
No es cuestión de ser mejor o peor que otros, sino de ser TÚ. Libre. Sin hacer demasiado caso a todas las presiones de la sociedad. Y en versión beta, para aprender constantemente y evolucionar, con tus virtudes y con tus defectos, con tus éxitos y con tus fracasos, con tus constancias y con tus abandonos.